Un insólito momento se vivió durante la definición de la medalla de oro en karate +75 kg. A pesar de dominar por completo el enfrentamiento, el saudí Tareg Hamedi fue descalificado tras una patada que noqueó al iraní Sajad Ganjzadeh, provocando que éste, que yacía inconsciente en la lona, se transformara en el campeón olímpico de Tokio.
El Estadio Nippon Budōkan fue el recinto que albergó esta singular final de la división de kumite y que vio como Hamedi desperdició la oportunidad de conseguir la primera presea dorada para Arabia Saudí.
El karateca saudí se imponía 4-1 antes del polémico golpe. Una patada alta que impactó entre el mentón y el cuello del iraní, y que como consecuencia, lo dejó por varios minutos en la lona antes de ser retirado en camilla. Ante esta acción, los jueces no dudaron en descalificar a Hamedi y ratificar como campeón a Ganjzadeh.
El iraní permaneció con máscara de oxígeno antes de comunicarle la decisión final y visiblemente afectado, celebró de manera extremadamente cauta su hazaña olímpica.
Un protocolar festejo que se sumó al abrazo que se dieron ambos karatecas antes de posar juntos con la medalla de oro y plata respectivamente.
Cabe consignar que la descalificación se produjo debido a una regla olímpica de karate que no permite que ningún contrincante atente contra la integridad de su rival. Es decir, los golpes son sólo para marcar puntos y no para provocar daños físicos.
“Estoy feliz por la medalla de oro, pero estoy triste por tener que ganarla así”, expresó tras el combate Ganjzadeh, quien sumó otro logro a su laureado palmarés (cuatro títulos mundiales).
